Jose, Núria i El Rustidor (Av. Santa Maria, 5. Meliana- 961 494 372 / 616 552 628) continuen recorrent el camí ascendent de la fama. Ho comprovem a l'article de Raquel Granell (El Español, 22/11/25)
Nuria y José heredaron el negocio de sus tíos en 2002: "Vendemos hasta 300 pollos asados un fin de semana" La carta de El Rustidor es resultado del "sabor de casa", junto a la experiencia de más de 20 años detrás de los fogones.
"Com a casa, pero millor" es la frase que define a El Rustidor, la mítica casa de comidas para llevar de Meliana, a pocos kilómetros de la capital, que vende hasta 300 pollos asados (a l'ast) y 500 raciones de arroz un fin de semana.
Tras el proyecto están Nuria Roig y José Vicente Biot, una pareja del pueblo que heredó el negocio de sus tíos en 2002, después de haber echado una mano mientras lo combinaban con otros oficios.
Nuria trabajaba en el sector bucodental y José en el de imprenta. Entonces, sus tíos se jubilaron y les llegó la oportunidad de quedárselo. Los dos lo han transformado en una nueva manera de entender y disfrutar la comida para llevar: ofrecen raciones generosas.
Sergio, emprendedor, creó el Tinder de los trabajadores. Sergio, emprendedor, creó "el Tinder de los trabajadores": "Las empresas eligen al 'freelance' que mejor encaje en el puesto" Hasta el momento, el proyecto ha pasado por tres locales diferentes, muy próximos entre sí. El actual abrió sus puertas el 6 de abril de 2024 y se ubica en la Av. Santa María de Meliana, una de las más transitadas del municipio.
La esencia es la misma que al principio, solo que la plantilla ha tenido que ampliarse debido a la gran acogida. Abren los viernes, sábados, domingos y festivos.
Tras el reciente lanzamiento de su web, transitan una nueva etapa en el sector, afianzada por un rebranding que ha reforzado su identidad y por el nuevo impulso de su servicio de catering.
El Rustidor es ese lugar donde huele a hogar, donde el sabor es innegociable y donde lo sencillo se transforma en extraordinario gracias a su amplio recetario y al trabajo de un equipo que lleva en activo más de dos décadas.
"Siempre hemos querido avanzar, aunque sin perder la esencia. Nuestra imagen ahora es más madura, aunque el 'chup chup' suena igual en nuestra cocina", destaca Nuria.
Se define como una persona perfeccionista, detallista y ambiciosa, con ganas de avanzar en el negocio. Hace dos años decidieron quedarse un nuevo local y reformarlo íntegramente para encaminar su imagen hacia otro lugar. Además, advirtieron que en el sector no existía una presencia digital cercana.
Todo esto es lo que les ha llevado a realizar un amplio rebranding, que se centra principalmente en las recetas, los valores y el gusto por "hacer las cosas bien".
Esto se alinea con la presentación de su nueva web: elrustidor.com, que permite conocer con mayor detalle la filosofía de la marca -combina la pasión por la cocina de toda la vida con el profundo respeto por el producto local-, y a la familia que la sostiene.
También muestran, con un solo clic, todas las recetas caseras que preparan semanalmente y presentan la línea de catering para fechas especiales.
Ahora, la marca sigue una coherencia visual en todos los aspectos, pero la esencia no cambiará nunca: "Ya conocemos tanto a los clientes que a veces no hace falta ni decir el nombre", indican los propietarios.
Dar ese paso hacia delante en lo estético y digital les ha abierto las puertas a grandes ferias y eventos gastronómicos donde no es común ver la presencia de casas de comida para llevar.
Junto a su labor como chef de El Rustidor, José ha podido cocinar en importantes citas culinarias como Gastrónoma o Madrid Fusión.
Más de 20 años
La carta de El Rustidor es resultado del "sabor de casa", el de los recuerdos, junto a la experiencia de más de 20 años detrás de los fogones.
Su cocina se compone a base de recetas de toda la vida con un toque especial. Pero Nuria y José no están solos. Para vender más de 100 pollos a l’ast un domingo o 500 raciones de arroz durante el fin de semana son necesarias numerosas manos.
El equipo lo forman 12 personas; seis de ellas permanecen en el mostrador y otras seis en la cocina.
Entre sus platos más exitosos, los clásicos de siempre: como el higadito frito con ajitos, las tellinas con tomate, la croqueta de bacalao o el tomate con tonyina.
De la picaeta al plato principal destacan las berenjenas rellenas, los noodles de pollo y verduritas, así como el pollo asado.
Con el tiempo, la carta se ha ampliado según la demanda de la clientela: pollo crunchy con teriyaki y mayo japo, las ribs de maíz picantes y dulces, el pan bao con pollo hoisin y hierbabuena…
Algo similar ocurre con los arroces. Empezaron elaborando los que más demandaban los clientes y, poco a poco, han añadido nuevas recetas a la minuta.
Entre los más solicitados está la paella tradicional con pollo y conejo y el arroz a banda. Los sirven en raciones y también bajo demanda para llevar en el propio recipiente.
El toque dulce lo ponen la tarta de queso, la banoffee y el vasito de horchata y fartons, entre otros. Además de la carta habitual, los viernes ofrecen "plato del día" y en días sorpresa reversionan algunas de sus mejores recetas.
El Rustidor también sigue el ritmo de las estaciones y se adapta a los productos de temporada y a los sabores del momento.
En otoño preparan un arroz de calabaza que refleja su apuesta por lo local y la calidad. Y es que todos sus ingredientes son de kilómetro cero y provienen de proveedores cercanos, casi familiares.
Ya de cara a Navidad elaboran arroces como el de carrilleras y turrón, con gran aceptación.
Además de acompañar en la mesa de casa, El Rustidor tiene un servicio de catering personalizado donde "todo detalle cobra importancia"; desde eventos corporativos para agencias de publicidad hasta bodas íntimas en un chalet.
"Preparamos para un máximo de 100 personas porque, en eventos así, hay que cuidar todo al detalle", añade Nuria.
En El Rustidor se adaptan a las intolerancias y gustos de los comensales, por lo que tienen capacidad para elaborar menús completos en bodas que requieren de platos vegetarianos o sin gluten. Y no solo cocinan, también montan y sirven.
Lo que vendrá
Con vistas a los próximos meses, El Rustidor ya tiene varios proyectos en marcha. Por un lado, renovará el packaging de sus pedidos para alinearlo con la nueva imagen de la marca, mientras organiza una serie de encuentros con vecinos de Meliana, en los que compartirán conversaciones y recuerdos alrededor de la mesa.
Y ya llegado el buen tiempo, realizarán comidas al aire libre en la huerta; experiencia con la que pretenden unir la cocina de siempre con el placer de comer en contacto con la naturaleza local.
Su esencia está en llegar justo donde el cliente ya no lo hace y acompañarle en el día a día con platos hechos "con cariño". "Porque El Rustidor, ante todo, es casa".
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